Las cuentas de ahorro, también conocidas como cuentas remuneradas son cuentas de banco que ofrecen una rentabilidad a los usuarios, es decir, se recibe un interés sobre el dinero depositado en la cuenta.

La cuenta se puede utilizar de la forma habitual, realizando pagos, domiciliando recibos, nóminas, sacar dinero con tarjetas en los cajeros. Pero además permite que el usuario gane algo de dinero solo por mantener el saldo en la cuenta.

Los intereses son mucho menores que otras inversiones o depósitos, pero al menos ayuda algo a combatir el efecto de la inflación si tenemos el dinero en el banco. Y todo esto teniendo el dinero disponible en todo momento.

Las cuentas de ahorro tienen la ventaja frente a los depósitos de que tienen liquidez inmediata. No hay penalizaciones por sacar todo el dinero si lo necesitamos. En contra, tienen el inconveniente de una menor rentabilidad.

Ofrecen una rentabilidad sobre el dinero ingresado
Se puede sacar el dinero en cualquier momento sin penalización
Los intereses suelen aumentar exponencialmente si se aumenta el dinero ingresado
No tienen comisiones
Suele haber un límite máximo de dinero ingresado
En algunos casos, también hay límites mínimos
Tienen un riesgo muy bajo
Están cubiertas por el Fondo de Garantía de Depósitos
Funcionan como una cuenta sin remuneración (tarjetas, domiciliaciones, pagos…)

Por supuesto. Una buena forma de dar una educación financiera a los niños es ayudándolos a ahorrar con una cuenta de ahorro.

Es muy habitual que los niños reciban dinero de familiares como regalo.

Una cuenta de ahorro les ayuda a ir guardándolo para cuando les haga falta, y si además la cuenta es remunerada, les ayuda a ir haciendo crecer ese ahorro poco a poco.

Seguro que cuando sean mayores agradecerán ese trabajo de acumulación y leas ayudará en sus primeros pasos en la vida adulta.

Un menor puede tener una cuenta de ahorro con un adulto como cotitular, pero en el mercado también hay cuentas de banco infantiles con características especiales, y que pueden convertirse en cuentas normales al cumplir los 18 años.

Lo primero de todo, un niño no puede abrir una cuenta bancaria él solo. Por tanto, necesita estar acompañado y autorizado por un adulto. Con eso, deben acudir a una sucursal bancaria con esta documentación:

  • DNI del adulto
  • DNI del menor si tiene más de 14 años
  • Libro de familia

Hay que tener en cuenta que en las cuentas remuneradas para menores, éstos no pueden disponer del dinero libremente hasta que cumplan la mayoría de edad. Si necesitan disponer de los fondos depositados antes de cumplir los 18 años, necesitarán de una autorización firmada por los tutores legales.